lunes, 25 de enero de 2010

Reflejos del individuo que somos todos

Reflejos en un ojo dorado es una cinta difícil de clasificar. No en el sentido de comedia o drama, que está muy claro, sino a dónde y a quién quiere llegar la historia. Los matices son tantos que, la verdad, mi generación puede abrumarse ante todo ese torrente de sutilezas (desacostumbrada por la televisión basura). Recordar que nos educaron a base de Espinete y Epi y Blas.

Los matices, sobre todo, van orientados a la sexualidad. Basada en una novela de Mc Cullers, Reflejos en un ojo dorado narra la historia de unos cuantos personajes en una academia militar. Lugar de supuesta virilidad, donde algunas mujeres (Elizabeth Taylor está más que bien) tienen más fuerza que hombres y otras pagan su feminidad/sensibilidad con la locura. Ese contrapunto a los trajes militares que es el ayudante afeminado, el soldado voyeaur que mira por la ventana y camina hacia habitaciones por las noches. En esa tensión que se mantiene durante prácticamente toda la película.


Y,claro, Brando, el hombre. No es casual que John Huston eligiera para el filme a Brando, la testosterona andante (recuérdese Un tranvía llamado deseo), ya que representaba mejor que nadie ese hombre del pasado. El hombre del futuro pasaba por sensibilizarse, por tener una vida interior, por hacerse preguntas... Y las mujeres "triunfadoras" cada vez más duras, crueles e insensibles, atrapando lo peor del hombre del pasado (los amantes, humillaciones, maltratos públicos...), y cuando la feminidad evidente desaparece todos la echan de menos (por necesaria, por imprescindible para habitar el mundo).

Reflejos en un ojo dorado habla de la soledad moderna, de las incertidumbres personales, de lo que uno oculta en su soledad "de corredor de fondo"... donde todo se expresa en el dominio que realizamos sobre los demás. Así no es extraño que ver a Brando preguntándose por el liderazgo, sollozando y con esos silencios largos, nos sea familiar al individuo contemporáneo. Esa idea de que toda sensibilidad debe desaparecer, a la fuerza incluso, no lleva a crear mejores personas, al contrario, sólo a convertirnos en domadores de los demás. Eso, o la locura, claro. Cinta necesaria pues.


Flexibilicen su conciencia con este semi-hit de Suede, "So Young", un canto a todo eso que se nos fue y, como mucho, sólo queda guardado en canciones.

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