jueves, 8 de diciembre de 2011

Un inmenso agujero negro

Que el cómic está en su mejor momento está claro (además de ser preocupantemente evidente para el resto de géneros narrativos). Que Agujero negro es uno de sus clásicos contemporáneos también. Charles Burns dejó claro, transparente más bien, que las nuevas y grandes ideas están hoy refugiadas junto al sinuoso dibujo. Una sacrosanta unión de la que la literatura tiene mucho, demasiado, que aprender hoy. Esa tendencia (innata) ombligista de los libros y sus autores no viene nada, pero que nada bien a todo esto que digo. Todavía hay mucho pecado de alta y baja cultura por ahí. Sin darse cuenta, claro, de que no queda otra que mirar a los que dan pasos en línea recta, en dirección a alguna parte (mucha de la literatura convencional está sumida en una especie de autofelación perpetua). La imagen será la nueva guía, el perfecto vagón de "lo absolutamente moderno" que decía Rimbaud. El nuevo canon para recuperarse y respirar con profundidad. Para ninguna otra cosa que volver a contar historias.





Agujero negro posee todos esos elementos que, combinados, dan lugar a una revolución en ciernes. Adolescencia, agilidad e imagen potentísima. Sobre el papel, la historia de unos cuantos chicos de instituto que se transmiten una rara mutación (individualizada, cada uno la lleva en una dirección mutable concreta) mediante el contacto sexual. Una mezcla de transformación entre el rock n´roll y el SIDA. Cambio generacional, aislamiento, separación de los diferentes, eso ha sido y será toda la vida ser joven y medianamente sensible. Desde los 50, se ha creado toda una cultura de lo juvenil, de los productos diferenciadores entre "ellos" y "nosotros" (mucho del miedo a envejecer es consecuencia de esta misma idea). Nadie quiere ser viejo, todos queremos formar parte de los demás, de ese gran grupo que parece esconder la felicidad, sonrisas y un agradable dejarse llevar. Pero la inteligencia y la sensibilidad son el contrapunto, y justamente de esa zona muerta habla Agujero negro en profundidad. En el instituto nace la estructura social (de la que Facebook parece ser su continuador lógico). ¿Cómo se siente el que está solo o discriminado? El futuro era esto. La historia decae en algún momento, pero la brillantez visual lo compensa y lo reequilibra. Un gran trabajo que vuelve a dignificar el viajo arte de dejar boquiabierto al lector.








[Jon Spencer Blues Explosion, rock n´roll de última generación]





lunes, 28 de noviembre de 2011

Falta algo

Que la vida es sexy, coño,
y que debiera ser
como bendita agua perfumada
y no como ese triste
maullar y lamentos largos.
Pero falta, falta algo
en los otros,
en los mil momentos
[en que no llueve.
La longitud de una línea.
















[Sobre libertad y otras enfermedades del alma]



miércoles, 16 de noviembre de 2011

Humpday o el raro elogio de la ociosidad

Interesantísima y provocadora, infinitud de aristas y temas tabúes a doquier, abierta y compleja, eso es, entre otras muchas cosas, Humpday. Film indie de factura low cost para tardes de mente abierta y cero prejuicios, porque sí, hablamos de sexualidad ( y más concretamente de potencial homosexualidad). Aunque ya Freud asegurara con cierto desparpajo científico una bisexualidad humana innegable, parece que Occidente se cierra a esa humana posibilidad. La homosexualidad no se puede tocar en las artes o en todo caso acabará siendo pasto de lo minoritario y abocada al rincón de la rareza(ese es el trato implícito). Humpday tuvo en su momento excelentes críticas (New York Times incluido), pero apenas tuvo repercusión en el circuito comercial. Mi encuentro con la película, puro azar (bendito azar), y una señal de que otro cine es posible (fuera de los lugares comunes). La película más extrañamente cómica que he podido ver.


Humpday parte de una premisa poco o nada común. Un par de amigos (uno de ellos de actitud arty y viajero, y otro aparentemente más conservador y hogareño) se reencuentran tras varios años. Un reencuentro que genera cuestiones relacionadas con esa temible pregunta burgesa, ¿qué quiero hacer realmente con mi vida? En una fiesta, entre hierba y alcohol, surge la idea de rodar una película porno homosexual de dos heterosexuales como forma de arte visual. El discurrir de la cinta es insospechado, incómodo y amenazante, y tal vez también el reverso de lo convencional que exprime Hollywood a diario, como a un triste limón machacado. Una mirada a las preguntas neuróticas de la ociosidad, de lo joven, las mil direcciones de la vida y un sinfín de carcajadas "nuevas" (el ingenio está por todas partes en esta película). Humpday es perfecta si quieren ver de cerca al nuevo urbanita occidental, raro de cojones, rayado con su propio y descomunal ego insaciable. Otra forma de ser Woody Allen.






[Depeche Mode, synth pop, trajes grises y futuro]




domingo, 6 de noviembre de 2011

Creando culto

Pronto, muy pronto, lo nuevo de Vicente Muñoz en las librerías. El imprescindible Cult Movies. Películas para llevarse al Infierno (Eutelequia, 2011), un personal tratado con lo mejor del cine underground nacional e internacional. Cien títulos sugerentes para ese otro cine que modifica poco a poco el alma de los que quieren ver y sentir otras realidades cinematográficas. Reflexiones e impresiones muy personales en torno a filmes de autor tamizados por la siempre inquieta mirada del autor de El Merodeador o Mi vida en la penumbra. Cien títulos, ya digo, que van de Arrebato a Vanishing Point (una lista asombrosa que, por supuesto, deberán descubrir por ustedes mismos). Y a unos textos fantásticos, se añaden ilustraciones a igual altura, las de Julia D. Velázquez, que ofrece una nueva visión de películas que cambiaron o cambiarán (es una guía de autodescubrimiento para perderse en ella) nuestra estrecha vida.


Pero Cult Movies no sólo es literatura e ilustración. Es algo más. También auténtico cine, ya que el libro añade el DVD Gritos en el pasillo, de Juanjo Ramírez. Más culto al culto. Porque al padre del undreground leonés (un título a compartir con Alfonso Xen Rabanal y Silvia D. Chica)le echabamos de menos una obra de auténtica pasión y dirección exclusiva hacia el cine, ese lugar de luces y sombras donde no sólo hemos forjado nuestro carácter, quizás también nuestras propias literaturas. El mundo positivado donde descansan nuestros ojos. Se presentará oficialmente el 25 de noviembre en Artemis (C/ Villa Benavente, 17), franqueado por Xen Rabanal y uno mismo. Acérquense y comprueben por ustedes mismos porqué Cult Movies debe estar junto a su pantalla o su librería. El próximo 14 de noviembre estará ya a la venta, por si se quieren ir adelantando.







[Blind Willie Johnson, cielo e infierno]




martes, 1 de noviembre de 2011

Tinta

Con nada.

Así, con pulso tembloroso,
he podido escribir algunas palabras
en tinta negra,
tatuajes para usar
en los antebrazos.















[The Wedding Present, regalos por sorpresa]





miércoles, 19 de octubre de 2011

Winter Indie City, soñar despierto

Hay dos formas de hacer las cosas: por dinero o por pasión. La segunda opción, evidentemente, no por difícil es menos interesante. Y otras veces, no pocas, es la única forma de lograr las cosas que uno quiere. Algo así sucede tras la sombra del WIC, un fantástico festival intermitente en la ciudad de Segovia que, poco a poco, va consolidándose como una propuesta singular y excesiva en una realidad muchas veces mediana y casi gris. En algunas ciudades, es esto (arrojarse a la piscina sin mirar ni media) o perder la vida día tras día, por lo que les acabo por ver como unos hermanos majos que viven lejos y sienten el mismo spleen. Hablaba de pasión y, creo no equivocarme, es la clave fundamental que se esconde tras infinitas horas de preparativos, promoción y gestión para un evento musical de esta altura. Quien ha hecho algo así, sabe de lo que estoy hablando. Faltan calles y plazas, ay, a los promotores musicales de este país.




No tengo muchas dudas de que el WIC posee algo especial, ese cuidado y dedicación (casi artesano) de ir organizando las cosas con paciencia y buen gusto. Esa forma de traer al grupo punturo que, si no es de es de este modo, sólo iría a la ciudad del acueducto a por cochinillo o fabes de la Granja. Uno vivió allí y sabe cómo se las gastan estos segovianos con las cosas del comer. Ya digo, o este gente se ponen tibios a torreznos (insisto, sé de lo que hablo) o se dedican a montar conciertos o traer a gente como Catpeople, Guadalupe Plata o The Bleach. A dos de estos tres los hemos traído por León para animarnos y quitarnos también el frío de la desidia. Se lo decía yo un día al bueno de Adrián (voz de los Catpeople), "en este país, los grupos tocáis gracias a la gente apasionada". Tengo la sensación de que mis hermanos segovianos de sangre musical y exceso piensan lo mismo. Si quieren ver algo hecho con el corazón (no hay tantas cosas como uno cree), pasen por la mítica La escuela (en mi primera novela, El tiempo nos va desnudando, aparecía este mágico lugar noctámbulo de repetición y fin), y dejense acariciar por los mejores sonidos que hoy se hacen en este país. No lo piensen más: Voten pasión, voten WIC (Winter Indie City). Algo así como soñar despierto.







[Catpeople, gigantes en lo íntimo ]




miércoles, 12 de octubre de 2011

Oda a Chloë

A veces se aparece a mí
y me tiro a sus pies
de sal y mugre
a rogarle el milagro
de su presencia,
su agresión sin fin
(me suele morder la base del cuello)
y esa especie de calor tenso
que irradia su boca muy abierta.


Creo que sueño a menudo
con su desnudez blanca y carnal.
Chloë... Chloë...


Para los que estamos solos
(para los que estáis solos),
nos queda Chloë.


Fuera hace frío
y Chloë guarda algo así
como cierta dignidad felina
en su pelo rubio
de animal hermoso
que roza algo contra los muslos.


Para los que estamos solos
(para los que estáis solos),
nos queda Chloë.










[Black Rebel Motorcycle Club, rock n´roll]




domingo, 2 de octubre de 2011

Greenberg, parecidos razonables

Greenberg es una auténtica joya escondida en las estantería de su videoclub. Y quizás está en él únicamente porque aparece un Ben Stiller magnánimo que habrá bajado su caché a un algo ridículo para ofrecer(se) cierto encanto indie en su currículum de comedia perpetua. Tal vez, y uno debe aprender a verlo y asumirlo, Greenberg posee cierta comicidad innata, pero tan turbia que uno no puede salir de ella más que dolido, jodido o algo peor que acaba por quitar el sueño. O con más alcohol en sangre, quién sabe.



La cinta narra la vida de un treinteañero-cuarentón, el tal Greenberg-Stiller, sin perspectivas de futuro, agrio como el vinagre y tremendamente poco hábil para el amor o las relaciones personales. Pero hete aquí que aparece una mujer que parece tener más resistencia que un batallón de infantería. Y para sorpresa de la mismísima existencia surge ese algo que no sabría cómo denominar (y no me pasa muchas veces), eso que constantemente mi generación lastimera (bueno, quizás sea yo el lastimero) lía en cada lugar por el que pasa. Otros lo llamaron desencanto. Desidia de inicios de siglo o algo así. Pongan ustedes el nombre.



Recomendación impagable del bueno de Henry Pierrot, al que últimamente debo una relectura de mi treintena avanzada. Neurosis snob o imparable decadencia personal.En todo caso una nueva visión de mis fobias y filias maduras (ay, me da que empiezo a ser interesante, eso tan terrible y temido). De conflictos en esta línea vivió siempre un Robert Crumb autoreferencial y le fue muy bien. Bueno, acababa siempre a lomos de una señorita, pero esa es otra historia. Echen un ojo a Greenberg y veánse reflejados en mil tics imposibles que todos creíamos únicos. Miren al espejo. Tela con lo que devuelve.





[Murphy y sus LCD Soundsystem, la última banda sonora posible de una nueva generación perdida]





martes, 27 de septiembre de 2011

La culpa es de los padres

Canino, esa gran film de nuestro tiempo. Comenzar hablando así de una película delata ya mucho. Quizás demasiado. Pero no lo puedo evitar (siento no ser un poco más imparcial). Estoy sorprendidísimo con el resultado, la idea, la factura, la luz... supongo que si hiciera cine y no literatura (hay quien dice, y con razón, que esto no se le desea ni a su peor enemigo), perseguiría Canino y no esos libros gigantes que pesan y asustan a la propia conciencia. Canino, de Yorgos Lanthimos, tiene una habilidad (también alguna más) que no se ve a menudo. Hace creíble, cercano y con sentido tu más profunda intimidad, esa intuición que te dice que tienes ante ti un tema fundamental y una forma (siempre nueva) de mirarlo. La familia, ese gran (monstruo) desconocido. Todavía la metáfora explica el mundo.


Freud hablaba con suspicacia de la gran "novela familiar". Lanthimos la desentraña de un modo surrealista y extraño, especialmente el núcleo familiar posmoderno más enquistado. Es decir, sobreprotección, endogamia, miedo, odio al extraño y todo un sinfín de neurosis que, ay, tienen demasiado de nosotros mismos. Canino ofrece la historia de una particular familia que vive aislada en el campo (excepto el padre, que va a trabajar), un lugar donde se educa a tres hijos en una eterna infancia, en una (aparente e) imposible forma de vida, donde el lenguaje se modifica, la televisión es un espejo y el relato vital común se basa en extraños mitos y reglas extraídos de la más delirante de las mentes. Gatos y aviones como poesía enferma.


Pero en el hombre, y la mujer, en todos y cada uno, existe ese algo latente que dice que hay algo más, que la mentira familiar es otra gran mentira (de las muchas posibles). El canino (ya comprenderán). Tal vez el germen de las demás. Hoy parece un pecado una afirmación así, pero no está tan desencaminado cuando uno de nuestros grandes filósofos en la sombra (injustamente, claro está), Vicente Verdú, señalaba eso de Contra la familia, la gran reveladora/generadora del odio al "otro", sobre todo para autoprotegerse, la tribu al fin y al cabo. Sí, eso tan simple que nos decían algunos cuando rompíamos algo queriendo o sin querer, la culpa es de los padres. Y tal vez por simple no es menos cierto,la familia (lo podemos observar todos) defiende un modelo de autoconsumo y suspicacia, el último reducto donde protegernos ante el dolor del mundo. Lo de nosotros contra ellos. Cuando, no lo olvidemos, el dolor es consustancial a la existencia. Como querer vivir sin el aire que son los demás. Vean Canino, por favor. Comprenderán/comprenderemos (eso tan grande que hace con sugerente facilidad el ARTE).








[Trailer de Canino. Autogestión imposible del dolor]



miércoles, 21 de septiembre de 2011

Televisión

Las palabras de tele muerte
sobrevuelan voraces
sobre mi cabeza líquido
y tu cuerpo carne.


Las horas pasan
y no existe nada.










[Schwarz sobrevolando interiores evanescentes]




domingo, 18 de septiembre de 2011

Nikkei o el secreto optimista

Nikkei, esa banda con nombre de índice bursátil nipón, se está haciendo un hueco en nuestras vidas. Y va a más. Edu y cía. se están encargando, con toda la pasión del mundo, de dar a conocer una propuesta musical, la suya, totalmente basada en el placer y en una suerte de evasión optimista y contracorriente. En tiempos de un post-punk perpetuo y una depresión colectiva que se alarga demasiado en el tiempo, planteamientos como el suyo, y The World is Getting Smaller (su nuevo álbum) es una buena muestra, resultan, cuando menos, una agradable sorpresa en un territorio ensimismado en mirarse, otra vez y mucho, ay, a las bambas.


El nuevo disco de estos palentinos enamorados de León y su underground es todo frescura, avidez por disfrutar y una persecución constante de identidad por caminos poco transitados en el todo-garage. Y eso es un alivio de tal envergadura que no sé si agradeceremos lo suficiente por aquí. Los primeros tres temas del LP poseen enormes dosis de hedonismo en bruto y buenas intenciones, sí, pero también una ausencia confiada de cierto riesgo rupturista/experimental que resultaría probablemente más eficaz al oyente experimentado. Crecen, eso sí, en canciones como "Secret" (su mejor tema, a mi juicio) o "Ask for me", pero en todo momento crean la constante sensación de que en su interior guardan ese secreto que aúna a la perfección cerebro y corazón. Tendremos una buena oportunidad de verlos en acción en una próxima aparición en Los Conciertos de Radio 3 en la televisión pública. Esperamos impacientes a que nos vuelvan a hacer disfrutar como siempre. Suerte con todo, Nikkei.









[Nikkei, actitud pro-activa y muchas ganas de pasarlo bien]




viernes, 9 de septiembre de 2011

Habitar errores

Vaya por delante que Pedro Almodóvar no es un gran director, que no se engañe nadie. No lo es en la medida en que John Waters tampoco lo es (el sr. Waters, casualidades del destino, anda estos días por un Madrid irreconocible y artificiosamente alterado). Almodóvar lleva un tiempo intentando ser ese otro director que le hubiera gustado ser, con ciertos éxitos (y pienso en Todo sobre mi madre) y rotundos fracasos (La piel que habito, siento decirlo, está entre estos últimos). El manchego ha venido a crear un monstruo aséptico y frío (todo lo contrario a lo que siempre fue, y pienso en Laberinto de pasiones, por poner otro ejemplo) que consigue sonrisas cuando no lo pretende (y que nadie busque subterfugios respecto a eso o a un pretendido sello de autor), dejando a otros de sus films como más certeros y profundos, psicológicamente hablando(al menos de la psique femenina nacional).Almodóvar siempre fue un gran infiltrado en la mente de la mujer.


La piel que habito, con sus momentos aceptables (que los tiene, especialmente el último tercio de la cinta, sin incluir un final en extremo fallido), es una película irregular, técnicamente aceptable y con un mal trabajo actoral (Banderas está tan sobreactuado que parece sacado de un mal telefilme y lo del hombre-tigre no tiene nombre). Quizá se salva una Elena Anaya hermosa y grácil, sin ningún atisbo de lo que Almodóvar pretende extraer de ella (no es culpa de la actriz, ya digo, es imposible). Mucho mejor, por supuesto, que aquella sucesión de desnudos que fue Habitación en Roma de Julio Medém.

Sigo con la sensación de que cuando Almodóvar juega a ser Haneke o similares, sale perdiendo y deja entrever esas fisuras que muestran lo que verdaderamente es: un creador apasianado e ingenioso (que no es poco, pero tampoco suficiente en muchas ocasiones). Aun así, hacer crítica es relativamente sencillo, levantar el edificio que pretende, una verdera osadía al alcance de muy pocos. Con todo, polémicas, declaraciones de un Banderas que justifica lo injustificable, ataques y defensas, hará caja. Y puede, con suerte, que el montante sea mayor que el de la tontuna de Torrente 4. Eso, al menos, es un alivio.








[Un Almodóvar en su mejor momento con tres actores en estado de gracia. Eran otros tiempos, otras pretensiones]






martes, 30 de agosto de 2011

Directo contra todo

Hablaba un día, con entrevista de por medio, con Ray Loriga y llegamos a una especie de acuerdo tácito extra-literario. El boxeo es lo más. Un chute directo al cerebro más instintivo (también el más olvidado). Frente a tanta palabra hueca, tanto discurso cubierto de intereses (aumentando constantemente y sin control en estos tiempos confusos), el boxeo aporta perseverancia, estrategia (esta es la parte más desconocida por los no conocedores del tema, que ven en el boxeo una especie de barbarie de otro siglo) y, por supuesto, un enfrentamiento justo y más o menos equilibrado con un rival (cosa que la vida no nos brinda en demasiadas oportunidades). La literatura (como el cine, por otra parte) no podía dejar de lado la magnificencia de un deporte esencialmente noble y auténtico como este.


Es esencialmente por ello que En la cima del mundo (451 Editores) del absolutamente todoterreno Norman Mailer no podía defraudar. El sr. Mailer, uno de esos claros escritores de raza, instintivo y fiero, se acerca a la figura de Ali con un análisis entregadísimo, a su inherente dimensión política y a su particular psicología de ganador absoluto (el que gana en el corazón vibrante del público, el triunfo incontestable). Luego, el legendario combate con Joe Frazier le sirve a Mailer de excusa para ofrecer las aristas del mito, el hombre negro rebelándose ante todo y ante todos. Un no a Vietnam, un no a una forma de vida institucionalizada y decadente para toda una raza, Ali el infatigable, el confiado, Ali el tramposo, pero sobre todo el hombre del cambio en el corazón del mayor de los imperios.


Delicia hipercalórica este En la cima del mundo y al que no deberían permitir que cogiera polvo en su librería de confianza. Puede que la figura de Ali (antes Cassius Clay) les salvé de una parte de su acomodaticia existencia. Y sí, Loriga, el boxeo es lo más.








[Combate total -fin y gloria, respectivamente - de Liston y Ali. Historia]




lunes, 29 de agosto de 2011

El discreto encanto de Covent Garden

Hay pequeños (y necesarios) planetas girando a nuestro alrededor. Hay personas como María que montan Covent Garden como un lugar para la tranquilidad o el buen gusto extremo y medianamente sixty. Hay, digo, personas como María que nos salvan de las madrugadas con ojeras y nos visten de british que, en el fondo, es lo que quiere ser, en estilo, todo europeo, y más los que nos encaminamos a esa falsa aristocracia de provincias, con lo que Covent Garden no deja de convertirse, desde hace años, en ese lugar cómodo en el que acaba echando un ojo la chica guapa con flequillo, la rock-star pendenciera o el escritor charlatán que no deja de ser nunca uno mismo.


Covent Garden es ya una especie de fortaleza en la nada de León, un búnker en tiempos en que todo el mundo va idéntico de Zara (uniformados, ay, para su propia sorpresa o desgracia, quién sabe), por lo que visitar la simpatía clara de María es un acto revolucionario hecho de identidad propia y estilismos de principio y fin de nuevo siglo (todo a la vez). María, por si no lo saben, tiene querencia agradable por las Nancys (su perra buena lleva ese nombre de juguete), Nacho Vegas o los Waterboys (ya se los pongo yo aquí abajo, para calmar la melómana que lleva dentro y darle banda sonoro al asunto), en un totum revolutum que la enriquece como un helado de varios sabores, sin saber de contradicciones o qué dirán cazurros y simplones.


Porque María sabe a niebla londinense, a pastas con té, menta fría y a ese algo que se esconde en sus ojos de chavala maja que regala sonrisas y te pone rápido a la moda, algo tan complejo que ella hace sencillo con pericia, mucha paciencia y gestos delicados que parecen extraídos de uno de esos libros de buenas maneras y decoro. Por estas y algunas cosas más, María y su Covent Garden, ese jardín blanco/naranja inigualable, necesitaban de un algo cargado de afecto, eso tan ausente y agradable de decirnos que nos necesitan, con palabras o un simple gesto.







[The Waterboys,hiper-british sound. Canciones para días con lluvia]




sábado, 20 de agosto de 2011

Sombras con fondo

Las personas son sombras con fondo. Sombras más o menos largas que beben agua sin gas. A veces leen las noticias del periódico; otras, releen los anuncios por palabras o se fijan mucho en las esquelas de los muertos, por si los conocen, o por si hace falta decir a alguien que les duele.






Las personas son un abismo pesado que nadie comprende. Montan en bicicleta, escupen al suelo y matan gallos rojos para comer. Tienen pelo, piel y palabras que gastan como si no significaran nada. Como si hubiese demasiado tiempo.






Las personas lloran o ríen depende de los días. Saborean refrescos y escuchan música para no pensar en nada. Toman y expulsan aire. Escriben cartas y leen libros largos. Les gusta la pasta con tomate y las cosas brillantes. Parece poca cosa, pero es mucho sobre las personas.







[Culto a la diferencia, culto a las personas/sombras con fondo. / Mystery Jets no dejan de sonar en un hueco escondido de mi cabeza]







domingo, 7 de agosto de 2011

Fluidos y libertad

Pornoterrorismo (Txalaparta, 2011) de Diana J. Torres es ya, a mi juicio, el libro del año. Ese que no aparecerá ni de broma en las listas de los más vendidos. La provocativa obra de Torres es un verdadero escupitajo a una sociedad como la española, presidida por la atonía y la falta de estímulos ante una existencia que no deja de parecer un pozo sin fondo. Su planteamiento no está muy lejos del de otras perfomers femeninas o trans internacionales, pero en ella resulta un revulsivo generalizado, como descubrir la bomba H para calentar las tostadas con manteca. Comenzar de cero, revisar el punk más fiero y poner en duda toda una forma global de vida, eso y algo más es Pornoterrorismo y sus posibles derivas. De hecho, leyendo sus páginas uno siente que el avance es menor del esperado (que uno mismo es más reaccionario de lo que cree o le gustaría pensar). Que la pretendida libertad es, eso mismo, una pretensión que ha quedado en papel mojado en esta perversa sociedad.


Diana J. Torres es una abanderada del perfomance extremo, con fisting, squirting y demás placeres del automaltrato o la explosión más catártica. La gran diferencia es que en ella el discurso de sexualidad intensa le sirve como modo de comunicación con sus semejantes. Una especie de comunión insana y carnal. Con conexiones con los Motherfuckers! norteameriacanos y el femenismo más agresivo, Pornoterrorismo se convierte en un exhultante compedio de honestidad, no sólo teórico o reivindicativo, también literario (algunos fragmentos son lo más palpitante que he leído últimamente), por lo que emocionalmente resulta un soplo de aire fresco entre tanto libro idéntico y sus respectivas opiniones sobadísimas (al mundo del libro le queda una revolución pendiente que le devuelva a su posición natural, y éste es un paso en la dirección correcta). El peligro (más que potencial) es que sólo acabe entre revistas de tendencias de enteradillos o en un rincón oscuro de la protesta sexual de este rancio país (sería un gran error). Porque ya se lee por alguna de sus zonas más infecciosas, "¿acaso hay fusión más hermosa que la de las palabras `porno´ y `terrorismo´?". Un verdadero signo de los tiempos.










[Travelling existencial -vía Peter Bjorn & John- para digerir nuestra propia inexistencia]





miércoles, 3 de agosto de 2011

El derecho a estar Perdidos

Entrada número 200 de este blog. Creo que muy merecidamente dedicada a Lost (Perdidos), la serie que ha cambiado nuestra forma de ver televisión (aunque muchos ya la veamos vía Internet). Perdidos es, sin lugar a dudas, uno de esos singulares universos propios (como lo fue Twin Peaks o El prisionero) que atrapan la imaginación del espectador más experimentado. Sorprendente, arriesgada, trepidente, confusa o definitiva son algunos de los adjetivos que intentan definir la serie del nuevo milenio, la punta de lanza del reciente(bueno, ya no tan reciente) fenómeno de los grandes seriales televisados de esta década. Cuando parecía que el cine se encontraba encallado, en un punto muerto, sin direcciones estilísticas definidas(el celuloide comercial, claro está, en el indie siempre ha palpitado la vida)o incluso con la ausencia de fetiches de más o menos nivel, surgió esta maravilla lúdica, profunda e irregular.


Perdidos es muchas cosas, pero como leí en uno de los miles de artículos que se han publicado acerca de la serie (prácticamente todo el mundo ha dado su opinión), sobre todo es una historia de redención, de purga emocional, de segundas, terceras e incluso cuartas oportunidades, algo así como la propia existencia reunida en unas cuantas horas de producción americana. Y como todo lo yankee, vive en lo extremo, es capaz de lo mejor y de lo peor en apenas un instante. Hay momentos en Perdidos (no quiero desvelar nada a quien no la haya visto)que dan ganas de levantarse del sofá y comenzar a dar palma contra palma hasta caer rendido y, otras (ay, no pocas veces) cierta vergüenza ajena se apodera de uno.


Pero la clave, lo que verdaderamente diferencia esta serie del resto, es su capacidad para vivir dentro de ella (uno no es un mero espectador impasible). Respirarán entre Locke, Jack y el resto. Pedirán más, tomarán aire de esa isla hasta que parezca una extensión de sus propias vidas. Disfruten la experiencia y, sobre todo, de su derecho a estar perdidos.






[Punto inicial de un milagro televisivo. Lost (Perdidos) o la nueva deriva existencial de la crisis de un nuevo siglo...]



miércoles, 20 de julio de 2011

Tres imágenes breves y un texto retrato



Mucho silencio es molesto. Alguien quiere dormir a mi espalda. Y una brisa aromática despierta los insectos arrugados de la casa. Algunos platos reposan en el fregadero con un ordenador prácticamente todo el día encendido. Las cosas ocurren por muy diferentes motivos. Y hay espuma en las calles y gente tiritando en un largo verano siempre frío. Hay personas esclavizadas y sonrisas y gestos vacíos como un tarro apurado por niños con hambre. Suena la noche y al final sólo tu voz diciendo algo inconexo que no entiende nadie.















[The Antlers o el sonido estival de una larga duermevela de lo absolutamente todo]



viernes, 8 de julio de 2011

Deseo de pasado

Notas para un futuro diario de olvido y reivindicación_


¿Por qué este amor infinito por lo retro? ¿Tan horrible es nuestra época que tenemos que refugiarnos en lo vintage como única vía de respiración posible?

¿Tanto infravaloramos nuestro tiempo que la única estética y discurso válido se encuadra en los 50, 60, 70 u 80? ¿Tan poco amamos lo que nos ha tocado vivir?


Hace no demasiado tiempo, en una entrevista a John Le Carrè, autor de novelas de espionaje, señalaba que algunas veces le decía a su querido nieto, un adolescente imberbe, que era afortunado por vivir en una época como la actual, donde todos los cambios parecían posibles.

Parece que más bien nos gusta vestirnos como nuestros padres, echar lacrimosamente de menos algo que nunca vivimos ni viviremos y decirnos a nosotros mismos que lo más in es no vivir lo propio en este puro y puto presente (por parafrasear al bueno de Manolo "Puto"). ¿Conciencia apocalíptica precoz o la vanguardia siempre lleva aroma a pasado dulzón?



Nota 2. Recordar comprar algún viejo libro que explique mi presente o uno de esos discos nuevos que suenan a no se sabe cuándo.Enésima incoherencia personal anotada aquí.






[Será que lo retro resulta insultantemente delicioso. Y pienso en los Mistery Jets como esa excepción que, dicen, siempre confirma la regla]


jueves, 30 de junio de 2011

Abocados a estar solos

La última gran película para estetas de la temporada. Ese podría ser el resumen definitivo de A single man, el debut tras la cámara del diseñador de culto Tom Ford. ¿Por qué para estetas? Porque esencialmente es una película de detalles visuales, de miradas perdidas o provocaciones hasta el infinito, de relojes perfectos, de labios más rojos y bellos que el propio infierno. Y eso, lo queramos o no, es más una recreación pictórica detallista que una película tradicional al uso (narrativamente hablando), aunque quizás estemos ante eso tan peligroso y delicado de que la forma es el propio fondo. Mucho y poco a la vez. Tal vez un reflejo de los tiempos (caóticamente neutros).


De todos modos y para sorpresa del personal, Ford se ha marcado una historia bastante resultona y resolutiva, y didácticamente existencial (debe decirse que está basada en un texto del sobresaliente Isherwood). De acuerdo que hay algunos lugares comunes, vale que a veces las poses lo son o lo quieren ser todo en la historia, pero aun con esas mantiene el interés y oferta cierta ayuda para el mal de la ausencia, la supervivencia de la minoría o la comprensión de algo tan complejo como el amor que no volverá.


Debe reconocerse que la pretensión de Ford ha sido alta, quizás demasiado, pero ha salido relativamente victorioso. Los actores están de lujo, los espacios medidos al milímetro y la recreación de la época (principios de los sesenta)resulta un alarde de preciosismo visual. Puede que estemos ante esa película que los futuros diseñadores (y sus fieles seguidoras) no dejarán de revisar una y otra vez. O tal vez sea de las de ver y reclinarse a altas horas de la madrugada. Con la estética nunca se sabe.






[Trailer de A single man/Un hombre soltero. El futuro a través del presente]



jueves, 23 de junio de 2011

Jugándose el tipo, Genesis P-Orridge

Genesis P-Orridge puede ser uno de los creadores contemporáneos más avanzado y radical de nuestro tiempo, con lo que eso supone de incomprensión y crítica descontrolada. Militó en una de las formaciones de sonido industrial británicas más interesante,Throbbing Gristle, a finales de los 70 con aquel mágico synth-pop ruidista en que las máquinas lo prometían absolutamente todo (el documental Synth-Britannia puede ser una buena introducción a esta etapa tan visionaria). Su insistencia le llevó a crear también el colectivo Psychic TV, donde la experimentación sería el principal leit motiv, añadiendo cierto aire pop enrarecido a la fórmula.


Pero sin duda el mejor y más sorprendente proyecto creativo de Genesis P-Orridge ha sido él mismo. Terrorista artístico y esquizofrénico de pose, Genesis ha apostado en los últimos años por la pandroginia, un concepto con el que intenta ser idéntico a su mujer (falleció hace pocos años), por lo que se opera progresivamente buscando cierta identidad múltiple (ella hacía lo propio hasta su muerte), sin aparentes connotaciones sexuales o de enfermedad mental (solemos utilizar estas premisas para clasificar lo que no comprendemos) en una pretensión de body-art profundo y duradero. Es una de las perspectivas más intensas que he conocido últimamente, dejando a cierto tipo de creador como advenidizo, arribista o escapista más o menos acertado con su extenso tiempo libre. Todavía existe cierto arte-total exigiendo vidas. Ars Longa, Vita Brevis.






[Psychic TV, concepción en desarrollo. Tono agridulce]



lunes, 20 de junio de 2011

Esto sirve de mucho

Me llama la atención que uno de los motivos más habitualmente aducidos para no involucrarse en el 15-M o el muy reciente y exitoso 19-J es: “Si esto no va a servir de nada”. Falso, palpablemente falso. Hoy mismo, 20 de junio, los noticiarios en televisión también se abrían con declaraciones políticas que iban destinadas a calmar la indignación popular, a saber, inminentes leyes de transparencia política, recortes de gastos, asesores a dedo, etc. Eso, que yo sepa, es directamente una victoria del movimiento 15-M y de su fortaleza como altavoz popular. Luego, claro está, se minimizará su impacto, se hablará de una democracia imperfecta pero mejorable, cuentos todos ellos muy manoseados y que no han servido de mucho a otras figuras como Papandreu (primer ministro griego), que tiene al país con quince huelgas generales y a todo el mundo descontento sin poder tomar de postre yogurt griego. No se puede pasar la tijera y dejar a la gente con una sonrisa tonta en la cara, más si la banca mejora sus resultados y las grandes multinacionales despiden con beneficios a la espalda. De hecho, Mr. Papandreu ha anunciado que hará en breve un referéndum para recortar privilegios y calmar a los millares de indignados (que crecen como setas aquí o en la tierra de Aristóteles). Eso, que yo sepa también, es una victoria. Un éxito incontestable (ver La piel del reptil en ileon.com) de ciudadanos que ejercen como tales, no sólo cada cuatro años, sino todos los días como verdaderos actores protagonistas de una democracia vilmente expoliada.


Lo que verdaderamente me está pareciendo más deshonesto es el papel de los medios en todo esto (salvo honrosas y escasas excepciones). Veo verter mentiras una tras otra imperturbablemente y con descaro, sonriendo las gracias de políticos y a la defensiva con todo lo que suene a estar en contra de su habitual envasado al vacío mental. Así, puedo comprobar cómo ofrecen sustancialmente más tiempo televisivo a la victoria de la Selección Española sub-21 que a movimientos populares en más de cincuenta ciudades españolas y con cientos de miles de personas implicadas. Me sorprendo (y me indigno también) al comprobar cómo el noticiario del canal de Castilla y León se abre con una rueda de prensa del nuevo alcalde de León y no con imágenes de protestas. ¿De verdad creen que tergiversando la realidad ganarán mucho más tiempo? Los medios actuales, como principales cómplices de este sistema político y económico, tienen los días contados. Va siendo hora de que dejen de hacer un trabajo tan sucio/degradante (por su salud mental, vaya) y se acuerden más de sus clientes habituales, el pueblo. De niño, me solían decir que se pilla antes a un mentiroso que a un cojo. Pues por ahí va la cosa. Para empezar, desterrando esa idea de que protestar no sirve. Hacerlo sirve de mucho.




[Television Personalities dixit]



miércoles, 15 de junio de 2011

Una larga noche para comprender

Una de las historias de supervivencia más honestas y arrebatadoras que he tenido el gusto de ver últimamente. Así de contundente me muestro con esta cinta de Spike Lee. 25th Hour , que aquí se tradujo como La última noche, narra el último día/noche de un traficante de drogas, al que han pillado con un importante alijo,por el que debe ingresar al día siguiente en el presidio. Pero este traficante y ex- jugador teen de baloncesto tiene más matices como personaje que la mayoría de ellos en la Historia del Cine. Hay un humanismo en el personaje de tal dimensión que es prácticamente imposible no entenderle o sentirse reflejado en alguno de sus múltiples aspectos. Uno tiene la sensación de que le han mentido demasiado en un tema, en principio, nada original (luego me cuentan). No existen grandes discursos, gestos excesivos, no, más bien de lo que está plagada esta cinta es de sentimientos viscerales contenidos, de quiénes somos, aquí o en New York. Eso tan grande que decían algunos de lo universal en lo local. Pues eso. Más o menos.


De telón de fondo un reciente 11 de Septiembre. La ciudad la presiden dos luces que recuerdan la ausencia de las Torres Gemelas. Es el inicio de la ultramodernidad. Los amigos de nuestro protagonista (Edward Norton) muestran cómo sobrevivir emocionalmente tras un hecho así. La crudeza y la culpa que siempre parecen tenerla los demás (un Norton en estado de éxtasis hace una lista pormenorizada de los odios a flor de piel), el culto al dinero y la autoafirmación a través de éste o un posible falso refugio en educar a críos/as mientras se reprimen impulsos. Esto y más es La ultima noche. El Spike Lee más certero, sin falsas máscaras, retratando el post-mundo en el que vivimos todos nosotros desde entonces. Frágiles y supervivientes como nunca.


Una escena consiguió clavarse en en una parte oscura y recóndita de mi mente. Los tres mirando hacia el río y el personaje de Norton señalando que qué gran vida la del remolcador del barco por el Hudson. Siempre, hagamos lo que hagamos, tenemos la sensación de haber errado en el camino. Lo otro es soberbia.
La última noche , por supuesto, un gran film para proyectar en institutos que dicen educar al futuro de la humanidad.







[Trailer de La última noche. Hora 25. Perfecto para una madrugada de larga reflexión]



martes, 7 de junio de 2011

Elektra, el espacio imprescindible

Llevo pensándolo algunos días. Qué suerte tenemos muchos de nosotros. Por multitud de cosas, supongo, pero también por una en concreto que solemos olvidar en el acomodaticio discurrir de los días: existe un lugar como Elektra en esta ciudad. Sí, esa tienda colorista plagada de cómics, libros y vinilos, cerca de El Albéitar, por la que seguro cruzas de camino a alguna parte. Probablemente tú también echas un vistazo a su escaparate, miras tus bolsillos y entras a comprar ese libro o cómic indie que ansias desde hace ya no sabes cuánto. Y para colmo de la satisfacción más instantánea y truculenta, te atienden carismáticos y amabilísimos la buena de Alicia o el fantástico de Javi, con su sabiduría de títulos, años de publicación y autores con más o menos prestigio en su alucinante memorabilia. Ambos parecen saberlo todo.


Elektra ha ejercido siempre un gran influjo en muchos creadores leoneses de distinto tipo. No digo nada nuevo. Preguntar por ahí y veréis. Prácticamente todo el que hace fotografía, música, literatura e infinidad de cosas, ha pasado por esa guarida de papel y buen rock. Porque en Elektra siempre puedes escuchar excelente música mientras hojeas algo de unos zombies o el último libro de Dennis Cooper, entre un vinilo de Judas Priest o unas rarezas de Robert Johnson. Sí, creo que eso es Elektra, un lugar cómodo en que la cultura más honesta, la más próxima y la más distante, la de este León y la de un lejano Ohio, vienen a visitar tu piel y tu cerebro, receptivos a lo que huye fuera de la norma, lejos de lo establecido (que sabe a mal óxido y buen olvido). Por eso esta pequeña tienda ejerce de universidad paralela, y muchos niños y adolescentes entran por sus puertas y se llevan una pieza de su museo democrático y popular donde casi todo se puede comprar. Digo casi todo, porque cierta integridad ya hemos ido viendo que es inviolable. No creo que vea nunca un disco de Chenoa para hacer más caja.


Yo también fui adolescente, uno de esos muy apasionados que cree en el rock más que en su propia vida, esa potencial religión verdadera que parece que nos salvará de todo lo doloroso. Una tarde gris entré por esa puerta, compré una chapa blanca de The Velvet Underground y ya nada fue igual. Me siento raro cuando pasa el tiempo y no me cobijo entre los lomos de los libros y la buena conversación. Incluso, poco a poco, voy aprendiendo de cómic con profesores que me enseñan a saber ver la enésima esencia del arte y su futuro. Sí, gracias a Alicia y a Javi también por eso. Suelo salir satisfecho, memorizo algún concierto interesante de los que se cuelgan en la puerta de cristal, y camino en dirección a otra parte, mientras releo la contraportada de algo, salivando con un nuevo disco, pensando en que soy afortunado por tener cerca algo como Elektra. Todos nosotros lo somos, afortunados digo, porque sin este confortable lugar esta ciudad sería muy distinta. Tal vez mucho más aburrida y decadente. Peor.







[Y sí, a mí Elektra me suena a Stooges...]



viernes, 3 de junio de 2011

J & J en Galocha

Este sábado a la noche, Jugo y yo (es decir, Julio Eléctrico) ofreceremos sendas sesiones en uno de los lugares clave de la noche leonesa, La Galocha. Parte fundamental de la educación emocional, sensitiva y musical de mi adolescencia, que se prolonga como una singular borrachera de colonia de marca. Estáis todos invitados a esta magnífica experiencia catártica.


Rock electrónico y pop underground como sombras chinescas del sagrado malestar en la cultura.





[Podrían sonar por los altavoces cosas como estos Raveonettes ácidos y ruidosos...]



domingo, 29 de mayo de 2011

Glamour to Kill, sin placer no sé qué hacer

El inmenso espectáculo que es Glamour to Kill aterrizó ayer en la capital leonesa, en un nuevo local de nombre Yasta en el otrora masivo Lancia de mi adolescencia furtiva. Casi toda la fauna noctámbula/crápula se acercó ayer a ver el juego sudoroso y bizarro de los GTK. Miguélez, Culebras y Tormento, el trío hedonista por antonomasia, presentaban nuevo álbum, y sin concesiones ofrecieron uno de esos shows cabareteros que tanto gustan a su público, huidizo de las coartadas intelectuales y más centrado en su impacto de gratificación inmediata. Quien quiera ver virtuosismo, se ha equivocado de cita, el concepto punk-glam de los GTK va más allá, y pretende algo, tan inclasificable y parece que olvidado e inmesiricorde en estos tiempos, como es pasarlo simple y llanamente bien. Sobran muchos nombres que sólo pretenden hundirte las costillas un poco más y hacerte llorar a borbotones mientras das vueltas en la cama. Sin apenas alcohol en sangre salí de la nueva sala con una de esas enormes sonrisas de satisfacción que ya sólo tengo pocas veces. Hay testigos.


La otra gran sorpresa de la noche fue el regreso a los escenarios de Carlos Luxor (Toño), que dio buena muestra del por qué de su papel activo y tan reivindicable en esta ciudad (pronto habrá más noticias). No parece extraño pues que Luis Miguélez haya contado con él en tantísimas ocasiones. Buen ambiente. Calor agobiante. Pelucas y rímel. Back to 80´s. Algo de sadomaso, fisting visual y la sensación de una gran noche en el centro mismo del cerebro reptiliano. Lo que viene a recordarnos, también, el papel activo de los GTK en el Berlín de madrugada. A León le queda un poco hasta ese sano placer huidizo que tanto gusta al teutón medio, empeñado en la noche y el cuero negro. Tan cerca, tan lejos.










[Glamour To Kill, en su primer álbum, pidiendo agitar el cuerpo como último reducto de esa maldita satisfacción inencontrable]



jueves, 26 de mayo de 2011

Usando la cabeza

Última cinta del director de Los Edukadores. Quizá no tenga el íntimo sentido arty de aquella, pero conserva esa intención subversiva de encontrar fisuras al sistema de sistemas contemporáneo. La película nos cuenta la historia de un productor de televisión basura adicto a las drogas que se odia a sí mismo por lo que hace y ofrece al mundo. Decide entonces hacer otro tipo de televisión y tras los resultados comienza a preguntarse por el oscuro mundo de los índices de audencia. Ha encontrado su personal modo de realizar el cambio. Todo cambiará.


Recomendable filme en estos días agridulces de resaca existencial. Una interesante opción para debatir entre nihilistas activos del desorden y el descontento huidizo. Ecos de Un Mundo feliz y 1984, voces desde el cuarto oscuro de la vida que no concibe ser anulada. Quizá cada vez las fisuras sean más minúsculas, sombreadas de prejuicios, ausencia de preguntas y negación de nuestro lugar en el mundo. Piensen, piensen, piensen... Es lo único que nos queda.






[Trailer de Un juego de inteligencia. Los fallos en el sistema existen, están ahí, ante nuestros ojos cansados por las horas de televisión]


viernes, 20 de mayo de 2011

De un yo a un nosotros

Han criticado todos los aspectos del movimiento generado a partir de este reciente 15 M, que si no había propuestas específicas (mentira), que si tenía intereses políticos concretos (mentira), que si era flor de un día (otra mentira), que eramos una generación nihilista y que se conformaba con todo lo que le echaran (visto lo visto, está claro que mentira). Y ha resultado por todo ello una movilización digna y verdaderamente democrática, inclusiva y no exclusiva, transversal, justo lo contrario a lo que algunos se han habituado demasiado tiempo, con unas leyes que defienden sus intereses particualres y su malsano statu quo. Existes agradables guiños cómplices desde el resto del planeta. La vida nos sonríe, se puede mirar al horizonte de las posibilidades, desde Sol a una pequeña plaza en la ciudad de León. Ciertas formas de civilización acaban con el ser humano, con sus esperanzas y con su deseo de algo mejor. Las personas merecemos ese algo más que no ofrecen en absoluto los productos de consumo, la vajilla de 24 piezas o la copa cargada a las 3 de la madrugada. Eso sólo lo logra luchar pòr una realidad mejor, no olvidar al de al lado, compartir lo que se tiene como en un gran banquete vital. El principal cambio pasa hoy por hoy de un yo a un agradable nosotros. Sí, qué gran palabra, nosotros.


Pero como en toda movilización existen riesgos. De Gaulle, un militar recalcitrante, ganó las elecciones tras un catártico Mayo del 68. Por tanto el mejor ejercicio particular es un voto responsable, lúcido y justo con todos los que convivimos cerca, los que pagaremos sus indefectibles consecuencias. Acusan a todas estas reacciones de idealistas, de abstractas. No creo que tenga nada de abstracto pedir un mundo más habitable, a cualquiera se le pueden ocurrir un largo listado de aspectos mejorables en esta democracia. Lo mejor es que se pueden llevar a cabo con facilidad. No hacerlo significa pertenecer a un sistema turbio y deshumanizado, que se olvida del débil y que tal vez sólo nos recuerda como mercancía intercambiable. Si no eres parte de ello, sólo te queda acercarte a Botines o a tu plaza más cercana. Hoy mismo llevaré botellas de agua a los acampados. Sí, para hacer algo tan grande y tan sencillo como cambiar el mundo.




[Happy Mondays. Todos los lunes serán felices o no serán]



miércoles, 18 de mayo de 2011

Estoy harto

Se quejaban de nosotros, de que eramos una generación acomodada que no luchaba por nada ni por nadie. Pues resulta que es justo mi generación la que, hasta el momento, más está alzando su voz contra una sociedad degradante y degradada que anula a la mayor parte de sus ciudadanos. El germen del 15M se está ampliando y son ya más de 40 las ciudades con acampadas y asambleas populares (como aquellas de finales de los 70 que progresivamente han ido desapareciendo con la huida de la transición). No me pilla por sorpresa todo esto (porque parece que a algunos políticos sí, y temen su intrusión en una campaña autista, estúpida y distante), lleva fraguándose durante mucho tiempo, especialmente por unos jóvenes que han ido observando como apenas les dejaban nada, en todo caso humillaciones, trabajos precarios y sueldos de risa. Nunca pedimos demasiado, pero ni siquiera eso nos ofrecieron como ridículas migajas del pastel. El movimiento era inevitable. La justicia una gran necesidad.El deseo, lo decía Freud, es inagotable.


Muchos políticos se quieren apropiar de algo que no les pertenece en absoluto. En el fondo desean canalizar ese descontento por los canales habituales, pero todos ya hemos visto qué logran los canales habituales, nada, a lo sumo una mayor diferencia entre los seres humanos y una mayor humillación con la propia vida. Me produce sonrojo su confusión, ¿tan lejos estaban de la realidad diaria? Una ola creciente de positividad y hartazgo se está canalizando entre mucha gente a mi alrededor. Bienvenido el pensamiento, bienvenida la honestidad. No era posible soportar esto. ¿Adapatarse a un sistema así de enfermo era un síntoma de salud? Parece que un grupo creciente de individuos cree(mos) que no, que ya está bien, que todo ha resultado demasiado. Soportar el dolor durante demasiado tiempo no crea héroes, sino más bien idiotas que asimilan poco a poco la injusticia, la desigualdad y la pobreza. Yo estoy más que indignado, estoy harto, ¿y tú?





[The Clash, la banda sonora perfecta para un momento memorable. Esperemos estar a la altura de los acontecimientos]