viernes, 28 de junio de 2013

Teoría y práctica del pasado



"Sin duda usted conoce la famosa teoría según la cual, 
en la sociedad comunista, satisfacer el deseo sexual y las
necesiades amorosas es una cosa tan sencilla como beberse
un vaso de agua. A causa de esta teoría del vaso de agua, 
nuestra juventud ha perdido los estribos, sencillamente
ha perdido los estribos."


LENIN, Cartas a Inés Armand, 1915






La teoría del vaso de agua (Salto de página, 2013) es la nueva novela de Javier Menéndez Llamazares y, sin lugar a dudas, una de las construcciones literarias más prodigiosas que han caído últimamente en mis manos. Con una fina ironía y un estilo depuradísimo y fresco (como un chicle de clorofila, de esos que queman la boca), La teoría del vaso de agua narra la historia de una hipotética Carmen Arruti, una española en el lugar y momento adecuados (al menos históricamente, quizá no en cuanto a integridad física), la Alemania más activa en el año más legendario del siglo XX, el siempre presente 1968. En el cóctel, no podían faltar gran parte de los personajes reales de ese momento histórico, las revueltas estudiantiles, el discurso visceral y marxista, y una realidad a punto de estallar por sus costuras más juveniles y disconformes. Arruti es el eslabón que une con eficacia a Rudi Dutschke con las comunas, el diario Bild y la exigencia de un mundo diferente, evidenciando a la contra una España franquista anquilosada, doblegada y lejos de cualquier avance social (como casi siempre ha ocurrido, por otra parte; prácticamente hemos perdido todos los trenes de la Historia). 






Llamazares despliega aquí con un talento único ese estilo suyo tan característico, fluido y reflexivo, neutro y afectivo, con un tema perfecto -el 68 y sus inmensas secuelas-, ideal para revisitar en esta eterna crisis económica y social que vivimos ya con cierta naturalidad. Un autor capaz de dar un salto cualitativo manteniendo viva su pasión narrativa y convirtiendo su prosa en una de las más destacadas de su generación (y no creo ser el único en darme cuenta). Un creador instintivo que disfruta regresando continuamente al pasado para comprender el presente, curiosamente repetido una y otra vez, aunque con diferentes resultados. Esa maldición de la que Llamazares desea huir y que probablemente le lleva a (re)leer y (re)escuchar nuestro pasado con una mezcla de curiosidad, placer y culpa. Más lo que lleva implícito, claro, el atractivo de esa revolución (siempre) pendiente. En un mundo utópico, los escolares ya estarían leyendo a escondidas esta teoría del vaso de agua de Javier Menendez Llamazares. Tal vez algún día lo hagan.












[The Doors, ascenso y caída ]  













jueves, 20 de junio de 2013

(Nacho) Vegas, equilibrio desastre






"Pero qué mal (Nacho, has vuelto a hacerlo mal), muy mal 
(lo hiciste mal). 
... 
Dry Martini, sexo anal..."


Dry Martini, S.A (2008) 











"Y aunque agora otra vuelta 
se fae de día, se fae de día, 
na mio mente pervive 
la melodía 
de la canción de la duermevela, 
de la canción que na mio alma suena..."


La canción de la duermevela (2003)














[ Nacho Vegas, duermevela, bable y autodestrucción ]