lunes, 11 de enero de 2010

Frost/Nixon o el diálogo con la corruptela

Frost/Nixon, en España El desafío: Frost contra Nixon es uno de esos filmes norteamericanos inteligentes, y con ello quiero decir que fomentan el pensar, el debate interior (cosa nada habitual, por cierto, en el entramado del celuloide yanki). El planteamiento de la cinta está basado en hechos totalmente reales, cuando un periodista de segunda (Frost) decide entrevistar a Richard Nixon después de su renuncia a la presidencia. Frost supo ver lo que no vieron otros grandes periodistas de la década de los 70, que el pueblo norteamericano necesitaba una catarsis, escuchar pedir perdón a un presidente corrupto que les había tratado como borregos. Lo que hace la cinta es ver los entresijos de esa entrevista histórica, donde había en juego mucho dinero y donde además puede entreverse la inteligencia fangosa del presidente norteamericano.



Lo que Nixon vino a aportar a la cultura contemporánea, es la conciencia colectiva de que la corrupción había invadido todas las esferas posibles, incluida la presidencia. Lo que hoy nos parece natural (tráfico de influencias, cohecho...) era un golpe a la ingenua conciencia norteamericana. Era como derribar un muro sagrado. El Watergate era una herida abierta y alguien como Frost vio que era necesario cerrarla. Algo parecido ha ocurrido con Bush Jr., después de sus estragos políticos, no ha tenido ni una sola consecuencia sus actos (mentiras globales, miedo radical a la población...), lo que ocurre es que Bush no da para una entrevista con jugo. Lo que también hace Frost/Nixon es dignificar la figura de Nixon, un estadista que sabe pedir perdón (aunque eso no sea suficiente, Vietnam seguía en mente para recordarlo a todos). Y Bush, claro, sin ninguna consecuencia por Irak. Así están las cosas. Ah, las interpretaciones de esta magnífica película merecen todos los premios posibles. Vean cine del bueno que, que uno sepa, no ha matado a nadie.


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