El análisis de los tiempos cada vez es más complejo. Es una carrera incesante, agotadora, aunque hay quienes no desfallecen. Destacaría por su profundidad a Gilles Lipovetsky. Probablemente su libro más "popular" sea La era del vacío, un libro intrincado como un espejo, aunque también otras obras menos conocidas guardan sorpresas crecientes. Destacaría este El crepúsculo del deber, la nueva ética o el "pos-deber" en los tiempos hipermodernos. Como ante tanto individualismo creemos más que nunca en la fidelidad, ante tan pocos asideros el amor, temporal pero profundo. Ideas muy estimulantes la de este libro. Hace un repaso exhaustivo por la historia de la moralidad, muy unida a la religión, y el paso que supone la modernidad y una base laica en las decisiones y los actos correctos. Hoy, cuando se pide tanta ética profesional, a los banqueros, los políticos...podrían comenzar con la lectura de esta pequeña sorpresa. Al menos, meditarían y yo ya, con eso, me conformaría.
Lipovetsky es el sucesor natural, la prolongación de Baudrillard, como una estrella del rock que hace filosofía, la gente se hace fotos con él o imita su estilo. Lo más parecido que tenemos aquí es a Vicente Verdú (ver el último Azul eléctrico), aunque menos pop y, tal vez, más narrador que filósofo.
Los tiempos exigen análisis. Háganse con sus provisiones y comiencen a reflexionar sobre un futuro que debería exigir cambios. Desde aquí, se intentará aportar herramientas para ello. Las van a necesitar.
[Ahora Peaches, y su revolución sexual femenina pendiente. Lo señalaba Lipovetsky, nunca ha existido tanta sexualidad en los medios o las formas, pero nunca ha habido tan pocas relaciones sexuales. Cuando todo es posible, no se hace nada. La saturación como medio de nulidad. Menos es más.]
LA LABOR DEL TERMINATOR: Tomás Soler Borja.
Hace 17 horas
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