Siempre he sentido una inmensa pasión por el rock hecho por chicas. Así, desde adolescente, no he parado de coleccionar y re-escuchar discos hechos básicamente por chicas (en un número de Azul eléctrico dedicado exclusivamente a las chicas y la creación, Más que musas, me explayé en mi pasión por el tema). Pronto adoré la belleza infinita de Debbie Harris, de Blondie, que si Patti Smith, que si luego las Go-Go´s o todo un largo etcétera. Como decía, he ampliado mi colección de pop-rock femenino con sendos albumes este fin de semana. El primero, brillantísimo, es de Tilly and The Wall, una banda prácticamente femenina con cambios de registro alucinantes y que recomiendo fervorosamente. Algunas de sus canciones son verdaderos hitazos para modular la noche y las horas en que el tiempo se mueve.
El otro disco (ha habido más, pero no todos femeninos) es de una maravilla de grupo llamado Those Dancing Days, un grupo de beldades indie que da gusto mirar y prestar atención, de esas que pasean altivas por el Nasti o cualquier club chulo de tu ciudad. El disco de las Those Dancing Days, este sí es completamente femenino, es totalmente luminoso, con mucho estilo de esa otra sensibilidad desconocida para el varón (la portada es endiabladamente sexy) y un montón de joyas pop para tararear en el coche o en la soledad de la ducha. Un momumento que preside actualmente mi discoteca, como un día lo hicieron las Shonen Knife o algún grupo punkie de féminas. Acetrcaos a las chicas rockeras.
[Como todo debe tener cierto equilibrio, el ying y el yang y todo eso, una banda de chicos púberes, The Drums y su temazo sobresaliente "Let´s Go Surfing", para comenzar este lunes con energías y una sonrisa en la cara. Disfruten y esas cosas]
LA LABOR DEL TERMINATOR: Tomás Soler Borja.
Hace 6 horas
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