Nueva cinta de Mr. Scorssese, el otrora revolucionario activo del celuloide lleva tiempo haciendo cine más o menos clásico. Su nueva cinta, Shutter Island, no es una excepción. Clásica sí, sin duda, pero con algo verdaderamente inquietante (pese a sus elementos predecibles -una de sus críticas más frecuentes-). Revisar ahora Shutter Island, más de 72 horas después, es un ejercicio agradable, como meditar sobre un poema bien orquestado. Porque, no nos engañemos, esa es su principal baza, la maestría del director: impecable, redonda, justa, sin excesos (todo lo contrario que Taxi Driver, otra gran obra pero desde otras premisas). Estoy prácticamente seguro que cuando el espectador vea la cinta se llevaré algo a sus rincones más oscuros (la película es un efectista psicoanálisis del dolor). Ya que abismos, claro, tenemos todos.
Otra cinta, más underground y alejada de convencionalismos, es Kontroll, una película europea con varios premios destacados y parte de la selección oficial de Cannes. Las profundidas, en todos los sentidos, de los que viven en las catacumbas, de los que no ven el sol, de los que la locura-neurosis se adueña más día a día... Kontroll, aparentemente, habla de unos cuantos controladores del metro, poniendo multas, intentando hacer interesante una vida que no lo es. El filme está plagado de imágenes bellas (los conductos del aire, la fiesta) y otros totalmente horribles (golpes, sangre...), todo lo que esconde la vida, belleza y tragedia justo al bajar ahí abajo, al Metro, el lugar donde la luz no llega y el aire es un poco más irrespirable.
[Beck, el geniecillo blanco, con su "Devil´s Haircut" en directo. Una pieza maestra de los 90. ¿Es sólo a mí o no les recuerda al mejor Bowie?]
LA LABOR DEL TERMINATOR: Tomás Soler Borja.
Hace 23 horas
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