lunes, 23 de febrero de 2009

Lo espiritual de todos los días

La aspereza del paisaje
Llora latidos de las colegialas/colegas
[ de mi calle
He podido sufrir bajo el agua
Gritos de la carne
Y horas y horas de televisión
Cuando todo duerme
Y parece que las cosas funcionan.

Un ligero dolor de espalda
Y el recuerdo de que cambia
Para seguir igual
Crece el pelo
Y las llagas
Y los ojos
Y suelo pensar
En todos esos que muerden los objetos
Para leer mejor.

Una pequeña flor blanca
En el centro de la carretera
La niebla serpentea
El calor de las linternas
Volviendo a saborear despacio
La gelatina de tu lengua
Y el papel amarillo de tu frente grande.

Supongo que uno vive siempre solo
Escondido tras las cortinas
Entre la primera y segunda
[ capa de asfalto
Contraído como los gatos muertos
Y sonriente como los vecinos ricos.





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