lunes, 9 de noviembre de 2009

Imágenes del fin del mundo





Nada más verle, dijo con rotundidad:

- Deberías besarme los pies, tú y todos los que son como tú.
- Esto...
- No habéis sabido manejar todo esto. Se os ha ido de las manos.


Se sentó en una vieja silla gris y comenzó a tomar una bebida que, esta vez, sí le pareció verdaderamente refrescante. Luego salió al jardín.

Era un día perfecto para quedarse quieto. Como si todos los días debieran ser así: inmóviles y fríos. Era un buen día, también, para que acabase el mundo.




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