Hay dos formas de hacer las cosas: por dinero o por pasión. La segunda opción, evidentemente, no por difícil es menos interesante. Y otras veces, no pocas, es la única forma de lograr las cosas que uno quiere. Algo así sucede tras la sombra del WIC, un fantástico festival intermitente en la ciudad de Segovia que, poco a poco, va consolidándose como una propuesta singular y excesiva en una realidad muchas veces mediana y casi gris. En algunas ciudades, es esto (arrojarse a la piscina sin mirar ni media) o perder la vida día tras día, por lo que les acabo por ver como unos hermanos majos que viven lejos y sienten el mismo spleen. Hablaba de pasión y, creo no equivocarme, es la clave fundamental que se esconde tras infinitas horas de preparativos, promoción y gestión para un evento musical de esta altura. Quien ha hecho algo así, sabe de lo que estoy hablando. Faltan calles y plazas, ay, a los promotores musicales de este país.
No tengo muchas dudas de que el WIC posee algo especial, ese cuidado y dedicación (casi artesano) de ir organizando las cosas con paciencia y buen gusto. Esa forma de traer al grupo punturo que, si no es de es de este modo, sólo iría a la ciudad del acueducto a por cochinillo o fabes de la Granja. Uno vivió allí y sabe cómo se las gastan estos segovianos con las cosas del comer. Ya digo, o este gente se ponen tibios a torreznos (insisto, sé de lo que hablo) o se dedican a montar conciertos o traer a gente como Catpeople, Guadalupe Plata o The Bleach. A dos de estos tres los hemos traído por León para animarnos y quitarnos también el frío de la desidia. Se lo decía yo un día al bueno de Adrián (voz de los Catpeople), "en este país, los grupos tocáis gracias a la gente apasionada". Tengo la sensación de que mis hermanos segovianos de sangre musical y exceso piensan lo mismo. Si quieren ver algo hecho con el corazón (no hay tantas cosas como uno cree), pasen por la mítica La escuela (en mi primera novela, El tiempo nos va desnudando, aparecía este mágico lugar noctámbulo de repetición y fin), y dejense acariciar por los mejores sonidos que hoy se hacen en este país. No lo piensen más: Voten pasión, voten WIC (Winter Indie City). Algo así como soñar despierto.
[Catpeople, gigantes en lo íntimo ]
LA LABOR DEL TERMINATOR: Tomás Soler Borja.
Hace 1 día
aqui en León tambien montamos festivales indies por pasión y no nos dais tanta cancha, ni hablais del tema.
ResponderEliminar