domingo, 19 de diciembre de 2010

¿Especuladores o derrochadores?

¿Alguna vez os habéis parado a pensar en las cosas y juguetes con las que crecimos? Todos esos objetos "pedagógicos" que pretendían socializarnos, hacernos más inteligentes, adaptativos y tal vez más guapos y estilosos. Estas cosas las hablaba ayer con mi adorado Javi O., el colmo y trofeo magno de ese planteamiento se lo llevó, sin duda, mi adorado, por entonces, Hotel. Un juego de mesa consistente en levantar edificios hoteleros y hacer pagar a otros por estancias que no pretendían, desde el lujo asiático a los rascacielos neoyorkinos. Un buen resumen del poder y la dirección que debíamos tomar como adultos. El tema requiere detenerse un momento. ¿Cómo es que se les da a unos niños planteamientos urbanísticos, lecciones de especulación, creación y manejo de dinero fácil?


Creo que ya va siendo hora de que hagamos conscientes todas esas lecciones manipuladas inconscientes que aprendimos con naturalidad. ¿Recordáis esa forma de amontonar billetes? Seguro que sí, desde entonces ya sólo amamos con pasión y sinceridad el dinero. Aunque todo hay que decirlo, yo disfrutaba reuniendo un pequeño capital, dejando en bragas a algún rival menos experto,a ese iba sólo a lo seguro... Era cuestión de agallas, sin duda. Ésa era la gran lección. De aquellos barrros, estos lodos. Puede sonar exagerado, pero voy a decirlo. La actual crisis inmobiliaria nació con este aparentemente inocente juego de mesa. Hubo, todo hay que decirlo, el juego de reglas contrarias, Bancarrota (que consistía más bien en quedarse sin dinero lo antes posible). Pero nunca fue tan éxitoso. Mi pregunta es, y no quiero culpar a ningún padre (aunque podría y debería hacerlo), tú, lector, de qué eras, ¿de Hotel o de Bancarrota? Puede que ahí esté la respuesta que buscaba ansiosa tu alma.






Por cierto, muy agradable las conversaciones de este fin de semana con Ray Loriga y ese maestro total que es Enrique Vila-Matas (esta vez pude charlar mucho menos con él, aunque sí darle la ehnorabuena por el premio). ¿Sabéis algo? Son como tú y como yo, salvo que, eso sí, escriben mucho mejor. Ya contaré sus marcas de tabaco favoritas y sus últimas lecturas (hay una deliciosa entrevista con Mr. Loriga). Sigan ahí. La literatura es lo primero. O eso creo.








[Bailad, bailad malditos...]



5 comentarios:

  1. Ya estoy en Barcelona. Y es cierto, hemos hablado menos que en la otra ocasión. Pero ya habrá, espero, otros momentos.
    Un abrazo,

    Enrique V-M

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  2. a mi de pequeño me regalaron los pin y pon encofradores y el madelman fontanero. bonita reflexión! saludos.

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  3. Yo era más de los Juegos Reunidos Geyper. Todavía los tengo por encima de algún armario. En cuanto a la mesa redonda del sábado, un monumento a la inteligencia y a la literatura.
    Un saludo.

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  4. Pues yo al Hotel sólo jugué una vez y no recuerdo pasarlo especialmente bien, al que sí le di caña fue al Monopoly, juego en el que siempre (sin excepción) he perdido. Acababa sin un duro en menos de media hora (vamos, como ahora en la vida real jajajaja....)
    Y sí, la literatura es lo primero (o eso intentamos...)
    ¡Besines!

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  5. no me actualizas nada ultimamente, claudio augusto.

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