Hoy auno dos de mis pasiones, Umbral y su literatura lírica y desafiante (sí, también narcisista y excesiva) con el punk londinense más fiero. Estoy con la lectura de "Una puta albina colgada del brazo de Francisco Umbral", un homenaje el Umbral de las pensiones, la pasión literaria y la obsesión enfermiza por las mujeres (con las tres cuestiones me identifico). Es este un libro-homenaje, el libro de un buen lector, del impulsivo Diego Medrano, uno de los enfant terrible de la literatura estatal. Joven, desafiante y pícaro, lleva todo ello a su literatura de inicio de siglo, continuando ese pensamiento que dice (¿era de Oscar Wilde?), que la mejor forma de zafarse de algo es tenendo una inmersión total en eso mismo. Así, Medrano lo hace con Umbral, sus libros más perennes, el Gijón, los editores...etc. Se salva a sí mismo de toda esa influencia. Esta más cerca de su estilo, ("La sintaxis es una facultad del alma" decía Valery), aunque tengo que decir a su favor que he devorado el libro con pasión de lector y admirador a un tiempo.
Y agradable revisión de "La mugre y la furia", la historia de los Sex Pistols, uno de los documentales que menos me canso de ver y volver a ver. La historia de una idea, una utopía práctica que cuando llega al top ten, a las listas de éxito se deja en blanco. Un país, Reino Unido, en ebullición, conflictos de la "paz social" y todo eso (el resto es historia que, por cierto, no se da en las aulas). Un buen momento para revisar este clásico contemporáneo. Amén de romperse la camiseta y perseguir, de nuevo, el feísmo. Parece el mejor momento, y no porque lo diga la firma comercial de turno.
LA LABOR DEL TERMINATOR: Tomás Soler Borja.
Hace 8 horas
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